Consejos
Desde que el peregrino pone el pie en España, verá unas flechas amarillas que le guiarán sin ninguna pérdida hasta Santiago. Estas flechas las vera el peregrino en carteles, pintadas en piedras, paredes, árboles e incluso en el suelo, otras veces serán mojones de cemento. No importa cómo estén indicadas, todas te llevaran hasta Santiago.
Aunque el Camino está bien señalizado hay guías del Camino con mapas, distancias, historia y otros datos de interés; escoge la que más te guste, consúltala y procura hacer un programa de etapas pensando que lo aconsejable es andar entre 25 y 30 Km diarios.
Al comienzo, es conveniente preparar etapas cortas para que el cuerpo se vaya acostumbrando y poco a poco se haga a la idea de andar distancias mayores; normalmente, después de una semana, se pueden empezar a hacer etapas más largas.
Puedes programar algún día de descanso en la ciudad que más te guste o bien hacer una etapa corta ( 10-15 Km ), coincidiendo con el paso por los lugares que escojas para visitar; de esta forma puedes descansar sin perder el ritmo.
Para el entrenamiento, aconsejamos hacer salidas periódicas, aumentando gradualmente la distancia recorrida y, si fuera posible, realizarlas con todo el equipo imprescindible que piensas llevar; de esta manera, podrás comprender que, cuando pesa, lo “imprescindible” deja de serlo.
Haciendo el Camino
En verano, evita caminar durante las horas de más calor y procura empezar a andar lo más temprano posible. No olvides ponerte crema protectora para el sol ( protección 35 ).
Los primeros días, no camines muy rápido hasta que conozcas tu ritmo mas adecuado. No te olvides de que caminamos cuanto podemos y no lo que queremos.
Si estás con un grupo de personas, procura adaptarte al ritmo de los más lentos, que en el Camino no es importante llegar primero, sino llegar.
Si acudes a los refugios de peregrinos acepta lo que se te ofrece y agradece el esfuerzo de las personas que voluntariamente trabajan de forma altruista para ayudar al peregrino.
Colabora dejando, siempre, los refugios limpios y contribuyendo con un donativo que será uado para el mantenimiento del propio albergue.
Por la noche, no te olvides que tienes que respetar el descanso de los demás.
En los albergues el peregrino solo puede pasar una noche; en caso de dolencias consulta al responsable del refugio (hospitalero).
Caminando por las carreteras, ten prudencia, no te olvides de que eres la parte más débil del Camino, camina siempre por la izquierda: de esta manera, podrás vigilar lo que pasa delante de ti.
Precauciones
Antes de empezar el Camino, hazte un reconocimiento médico para saber como está tu cuerpo.
Evita tomar la ducha antes de andar, dado que la humedad deja la piel más sensible y expuesta a la formación de ampollas.
Cuida bien los pies: es conveniente que por la mañana te des un masaje corto, pero enérgico de todo el pie y, después, extiendas en ellos un poco de vaselina neutra o
polvos de talco para evitar roces.
Usa plantillas de espuma que absorben el sudor y amortiguan el impacto.
Párate cinco minutos cada hora a descansar, más sería perjudicial, pues se te enfriarían los músculos.
Lleva siempre pequeñas provisiones en la mochila ( chocolate, frutos secos, quesitos, fruta, … )
El desayuno de la mañana hay que comprarlo la víspera, dado que los comercios están cerrados cuando los peregrinos empiezan a caminar